Michael Scott era un buen líder y te diremos porqué
Hace 21 años el mundo conoció a Michael Scott, el protagonista de la aclamada serie The Office, en su versión norteamericana. Y me pregunto, ¿si es el mejor jefe del mundo?
TRABAJO
Andar Comunidad
5/8/20242 min read
La psicóloga Bertha Miranda menciona las dos claves para saber si eres un buen líder: alcanzar los objetivos y hacer match con tu equipo.
¿Michael Scott alcanza los objetivos? Sí ¿Se llevaba bien con su equipo? Depende a quién le preguntes, pero de cierta forma, todos y todas respetaban su jerarquía. Lo que tenemos que destacar de Michael Scott es que entendía muy bien la dinámica de La Oficina, y eso, es la clave de un buen liderazgo: conocer los objetivos, necesidades y recursos es lo más importante para liderar un equipo de trabajo.
Y aunque la mayoría de las veces su imaginación y egoísmo dominaban la situación, al final sabía con quién contaba y la función de cada una de las personas de La Oficina. Y sobre todo, conocía su personalidad, sus límites, fortalezas, talentos, debilidades, etc. (insert de tu imaginación es limitada, yo habito en fantasías). Y tenía claro las cualidades de todos los demás, por eso apoyó a Jim en la gerencia y no a Dwight, pero sabía de su lealtad.
Otro rasgo de un buen liderazgo es la comunicación y el diálogo. La puerta de Michael Scott siempre estaba abierta y hacía juntas por todo, hasta innecesarias, pero muy a su forma dialogaba con su equipo, ellos y ellas a pesar de no quererlo hacer, pero había comunicación y apoyo. Por eso es el único que fue a ver la exposición de Pam.
En resumen, la observación, la supervisión y los resultados, son los 3 pilares para un buen liderazgo. Michael Scott cumplía con todos, sí, pero tampoco es un ejemplo a seguir.
¿Cómo mejorar tu liderazgo?
Lo primero que tiene que hacer para mejorar tu liderazgo es observar la dinámica laboral: objetivos, necesidades, recursos, ¡Y lo más importante! Tu personalidad, cuáles son tus límites, fortalezas, talentos, debilidades, etc. Y tener claro que así como tú, las personas con las que trabajas, también las tienen.
El segundo paso es dialogar y llegar a acuerdos para la satisfacción de las necesidades, capacidades, talentos y responsabilidades de todo el equipo; hay personas que son más independientes, otras que necesitan acompañamiento, o más extrovertidas o que trabajan mejor en silencio.
El tercer paso en ejecutar esos acuerdos, como todo en esta vida es perfeccionable y no tiene que ser estático, así que el diálogo es crucial, preguntar las razones de porque, a lo mejor, alguien está de mal humor, o llega tarde, o no está alcanzando los objetivos individuales. Y si es necesario, volver a reunirnos para calibrar esos acuerdos y dinámicas.