Autohipnosis breve con metáforas

La hipnosis es un estado de atención enfocada, donde las sugerencias útiles se vuelven más fáciles de seguir. El uso de hipnosis es eficiente para regular la ansiedad y dolor si se integra con otras estrategias como psicoeducación, respiración, terapia.

ANSIEDADHIPNOSIS

Editorial • Andar Comunidad

12/4/20254 min read

La hipnosis es un estado de atención enfocada y menor distracción donde las sugerencias útiles se vuelven más fáciles de seguir. No es “perder el control” ni “quedarte dormida/o”; sigues pudiendo decidir y ser consciente de todo. La Sociedad de Hipnósis define la define como el “estado de atención focalizada y menor conciencia periférica con mayor respuesta a la sugerencia”.

¿La hipnosis sirve para la ansiedad? Hay investigaciones que muestran la utilidad de la hipnosis (incluida la autohipnosis) para reducir ansiedad, sobre todo en contextos médicos y de dolor; los efectos varían según la persona y la situación.

Nota de seguridad:
La hipnosis clínica es de bajo riesgo; aun así, si tienes un diagnóstico de salud mental complejo o dudas, consulta con un profesional capacitado.

¿Por qué metáforas?

Las metáforas “hablan” en imágenes (olas, montañas, caminos) y ayudan a que el mensaje calmante ingrese sin lucha o resistencia.

Esta manera “indirecta”, que usa un lenguaje más flexible y no confrontativo, es típica del enfoque ericksoniano. Úsala como apoyo, no como promesa mágica.

Protocolo de 5–7 minutos (paso a paso)

Preparación (10–20 segundos): si puedes, siéntate con espalda cómoda, pies al piso. Silencia tu celular de notificaciones.

1) Respiración que frena (1 minuto)

Inhala por la nariz contando hasta 4; exhala contando de 6 a 8 segundos. Repite de forma suave. La exhalación es más larga y ayuda a bajar la activación del sistema de estrés.

2) Inducción sencilla (1 minuto)

Elige un punto (una mancha en la pared, una esquina) o cierra los ojos. Lleva la atención a la sensación del aire entrando y saliendo. Repite en voz baja:

3) Metáfora central (2–3 minutos)

Usa una imagen que te haga sentido y di algunas de estas dos opciones:

Olas: “como el mar tranquilo, hay olas que suben y luego bajan suavemente por sí solas. No necesito pelear con la ola; respiro y la dejo pasar. Entre ola y ola, hay un espacio quieto. Puedo quedarme ahí unos segundos más cada vez.”

Semáforo: “mi cuerpo es como un semáforo. Rojo es tensión; exhalo y dejo pasar. Amarillo es el aviso; aflojo hombros, mandíbula, manos. Verde es seguimos, con pasos pequeños. Ahora mismo, paso a verde.”

Mientras lo dices, continúa con la respiración 4–6/8 y deja que las palabras acompañen el ritmo. Las imágenes guiadas son un recurso frecuente en programas mente-cuerpo para ansiedad.

“Voy a enfocarme un momento. Cada exhalación, un poquito más calma.”
Esto es una inducción: un modo simple de entrar al estado de hipnosis.

4) Sugerencias útiles (30–60 s)

Frases cortas, en positivo y realistas:

● “Puedo bajar un nivel ahora.”

● “Mi respiración marca el paso.”

● “Hoy me pido amabilidad.”

Son sugerencias: mensajes breves que orientan lo que tu mente y cuerpo hacen en ese estado de foco.

5) Anclaje y salida (30–60 s)

Elige un gesto discreto, por ejemplo, tocar el pulgar con el índice; hazlo mientras exhalas y di tu palabra clave (“calma”, “aquí”). Repite 3 veces para asociarlo a este estado. Luego abre los ojos y estírate suavemente. El anclaje te permitirá “llamar” a esta calma en el día. Si quieres conocer más de los anclajes lee este artículo.

Guión completo que puedes grabar en un audio de 5-7 minutos.

  1. Me siento con los pies al piso. Inhalo 4 segundo y exhalo 6 a 8 segundo. Repetir esto 3 o 4 veces.

  2. Cierro los ojos o miro un punto fijo. Con cada exhalación aflojo un poco el cuerpo.

  3. Comienza a decirlas siguientes frases: "olas que suben y bajan… No peleo, respiro y dejo pasar… Encuentro el espacio quieto entre olas…” Repite este ejercicio entre 2 a 3 minutos.

  4. Continúa con las siguientes frases: “bajo un nivel ahora… Mi respiración marca el paso… Me pido amabilidad.”

  5. “Gesto ancla + palabra (“calma”) al exhalar, y repite este ejercicio. Cuando quiera, puedo volver a este estado con una respiración.

  6. “Abro los ojos. Pequeño estiramiento. Un sorbo de agua.”

¿Cómo practicar para que rinda?

Periodicidad: 1 vez al día por 1 semana.

Situaciones fáciles: primero en calma, luego en mini-estrés, como en la fila del banco, en el transporte o tráfico.

Ajusta la metáfora: si “olas” no te acomoda, prueba “montaña”, “árbol”, “luz de semáforo”, “caminar bajo sombra”.

Mide en simple: del 0 al 10, ¿en cuánto estabas antes y después?

Evidencia, con honestidad

Panorama general: el uso de hipnosis en ansiedad y dolor; el efecto varía y conviene integrarla con otras estrategias (psicoeducación, respiración, terapia).

Procedimientos médicos: la recomiendan como intervención no farmacológica para bajar ansiedad durante procedimientos.

Autohipnosis: hay ensayos en distintos contextos (p. ej., maternidad, estrés) con resultados favorables; no siempre supera a otras técnicas, pero suele ser comparable y útil como complemento.

Información pública y seguridad: revisa fuentes reconocidas (NHS, Royal College of Psychiatrists, centros hospitalarios) para entender alcances y límites.

¿Cuándo pedir ayuda?

● Si los picos de ansiedad se repiten, empiezas a evitar lugares y actividades, o la ansiedad te limita.

● Si hay síntomas físicos intensos o dudas médicas, consulta.

● Si tienes diagnóstico de salud mental complejo, coordina esta práctica con tu terapeuta.

Si quieres aprender más herramientas o metáforas que se acomoden personalmente, te invitamos al taller Semana contra la ansiedad, impartido por la psicóloga especializada en hipnosis, Georgina García.